Ser PAS no debe confundirse con ser hipersensible o introvertido

Ser PAS no debe confundirse con ser hipersensible o introvertido

Claudia Sasmay

Desde que la psicóloga estadounidense Elaine Aron acuñó en los años 90 el término Personas Altamente Sensibles (PAS), la neurociencia, la genética y la psicología han confirmado científicamente la existencia de este rasgo innato en aproximadamente un 15-20% de la población, tanto en hombres como en mujeres. Este rasgo, presente en más de 100 especies, ofrece ventajas evolutivas al permitir una percepción y procesamiento más profundos del entorno, fundamentales para la supervivencia y el desarrollo de la especie.

Es crucial entender que ser PAS no es una patología ni un trastorno. Las personas con alta sensibilidad poseen un sistema neurosensorial más desarrollado, lo que les permite recibir y procesar una mayor cantidad de información sensorial simultáneamente. Esta característica implica una forma distinta de experimentar el mundo, con aspectos tanto positivos como desafiantes.

Las cuatro características principales de las PAS son:

Profundidad de procesamiento:

Analizan minuciosamente la información, reflexionando en profundidad para comprender y tomar decisiones conscientes.

Gran emocionalidad y empatía:

Gracias a una mayor actividad en el hemisferio derecho del cerebro, especialmente en la amígdala y el lóbulo frontal, las PAS experimentan emociones intensamente y muestran una empatía profunda hacia los demás.

Sensibilidad a las sutilezas:

Perciben detalles que pueden pasar desapercibidos para otros, como sonidos, olores, sabores, texturas y cambios sutiles en su entorno.

Sobreestimulación o saturación:

Debido a la gran cantidad de información que procesan y a su intensa reactividad a estímulos internos y externos, pueden sentirse fácilmente abrumadas o saturadas.

Para identificar si eres una Persona Altamente Sensible, considera las siguientes afirmaciones:

  • Me afecta profundamente el comportamiento de los demás.
  • Soy consciente de sutilezas en mi entorno que otros no perciben.
  • Tengo una vida interior rica y compleja, reflexionando profundamente sobre diversos temas.
  • Me conmueven profundamente las artes o la música.
  • Me esfuerzo por no cometer errores u olvidarme de algo.
  • Evito películas o series violentas, ya que me resultan perturbadoras.
  • Los cambios en mi vida me afectan profundamente, como mudanzas o cambios de trabajo.
  • Disfruto y aprecio profundamente las buenas esencias, sabores, sonidos y obras de arte.
  • Cuando tengo que competir o ser observado en una tarea, me pongo tan nervioso/a que termino haciéndolo peor de lo que podría.
  • Cuando era niño/a, mis padres o profesores me veían como una persona sensible o tímida.

Si te identificas con la mayoría de estas afirmaciones, es posible que poseas el rasgo de alta sensibilidad. Reconocer y comprender este rasgo puede ser el primer paso hacia una mejor autogestión emocional y bienestar personal.

Para profundizar en el autoconocimiento y la gestión de la alta sensibilidad, es recomendable explorar terapias holísticas y enfoques como la Psico Bio Terapia, la Descodificación Biológica de las enfermedades y la Educación Emocional. Estos métodos pueden ayudarte a transformar tu percepción y relación con el mundo, promoviendo una transformación personal y una mejor salud mental y emocional.

Recuerda, no eres prisionero de tu herencia; eres el creador de tu bienestar. ¡Empieza hoy tu transformación!

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